A pesar de que ésta película fue estrenada hace casi 20 años, no fue sino hace un par de días que pude verla, alentado no tanto por el prestigio de su director (en rigor, esta es recién su tercera obra que visito) si no mas bien por muchos buenos comentarios que escuché y leí en los últimos meses.Dicho esto, tengo que reconocer que al aparecer los ending credits quedé con la sensación de haber visto una gran obra. En mi opinión, tiene muchos de los elementos que uno le pide al buen cine: Extraordinaria fotografía, muy buena dirección, actuaciones sobresalientes (¡Bendita seas Anjelica Huston!) y por supuesto, lo que nos convoca en este espacio, su guión. A decir verdad, no adhiero a la idea de que estemos frente a historias paralelas, en el sentido de homologar el espesor ético y moral de cada una de las ideas fuerza de los protagonistas; En efecto, me parece que el carácter conflictivo que tiene la historia protagonizada por Landau en términos de las consecuencias que tienen nuestros actos sobre otras personas es mucho mas virulenta, angustiante y corrosiva que la de Allen. Sin embargo, y quizás allí radique una de las mayores virtudes del film, a pesar del par tragedia - comedia, en ambas historias y, por tanto, en el film en su conjunto, nos encontramos con dimensiones existenciales y, por lo tanto, con tensiones vitales, que no se hacen patente única y exclusivamente ante actos demoníacos, sino que en situaciones tan ¿cotidianas? como el amor, el trabajo, el matrimonio y la familia, por nombrar algunas.Ser perdedor posiblemente no sea igual que ser criminal y, sin embargo, esta película nos muestra que ninguno de ellos se ha liberado de las profundas contradicciones humanas que cada una de esas vidas supone.Ahora bien, y como lo expresa la calificación, la película no es perfecta y tiene algunos elementos que no me convencen del todo.
En primer lugar, la concatenación de hechos que nos posicionan en el final de la película me huele más a profecía autocumplida que a un desarrollo fluido del argumento. En ese sentido, ¿acaso no parece eso la conversación entre Landau y Allen?, ¿No es un tanto frustrante que dicho dialogo aparezca como una síntesis de las complejidades que cada uno de esos personajes tuvo durante toda la película?; ¿Era necesaria esa conversación para ayudarnos a entender?En segundo lugar, y esto es solo sospecha, me parece que la innegable dimensión religiosa que posee la obra tiene más de ego que de búsqueda espiritual. Por supuesto que es posible pensar que si la vida humana “ES” de determinada manera a pesar de las injusticias (podríamos decir, si es efectivo que opere la lógica de Darwin) ese orden responde a algo que no necesariamente proviene de este mundo. Sin embargo, me he quedado con la sensación de que es justamente eso lo que Allen quiere que pensemos, probablemente porque haya algo de ese orden injusto con lo que el inevitablemente esté de acuerdo. De todas maneras, muy, muy recomendable.
Película: Crimes and Misdemeanors.
Año: 1989.
Pais: Estados Unidos.
Productora: Orion Pictures
Productores: Jack Rollins y Charles H. Joffe.
Director: Woody Allen.
Guión: Woody Allen.
Reparto: Woody Allen, Alan Alda, Martin Landau, Mia Farrow y Angélica Houston, entre otros.
viernes, 28 de noviembre de 2008
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