jueves, 26 de febrero de 2009

El niño del pijamas a rayas

Hay historias que han sido contadas innumerablemente, desde distintas ópticas, y esta no es la escepción, el nacismo y su relación con el holocausto, el sufrimiento judio, las relaciones entre celadores y víctimas también es parte del cine.

El niño del pijamas de rayas no es distinta a otras películas quenos muestran la brutalidad de los sistemas totalitarios, pero toca un nicho que generalmente sensibiliza a las masas, la infancia y el sufrimiento de éstos ya diferencia de la sobrevalorada "La vida es bella" donde el niño no logra ver el sufrimiento y el dolor que lo rodea, en esta película los niños se dan cuenta y lo viven en carne propia, sufren, tienen hambre y son golpeados.

Por otra parte los niños alemanes ajenos al dolor de la guerra juegan a los soldados y ocupan a la Luttwaffe como entrención de calle, mientras la real machacaba Londres y otros pueblos desvastados.

Los personajes adultos relegados a un papel secundario deambulan entre el mero decorado en el caso de muchos de los soldados alemanes y de escazo desarrollo en el caso de los abuelos, la niñera, el profesor y el teniente, dejando un gusto a poco en el caso de la abuela que muestra ser disidente, pero solo se insinua, al igual que en la mayoria de los personajes adultos, que solo son bosquejados.

Punto aprte merecen los padres,que dejan la sensación de caída libre, de desmoronamiento, de estar al límite, mucho mas evidente en la madre que es la que puede y le es permitido sufrir y mostrarlo, en una resistencia a la doctrina nazi muy contenida y especialmente referida a los hijos, que no les toque, que no lo aprecien. Esto se ve reflejado en especial en la escena del funeral cuando hace el intento de sacar la fotografía y es contenida por la mano de su esposo, una resistencia que viene de afuera y que es incapaz de doblegar y es doblegada con facilidad, distinto al autocontrol de no abrir la puerta del auto de Meryl Strepp en los Puentes de Madisson, donde la subyugación, el mantener el Statuo quo, el permanecer en los convencionalismos, viene de la propia convicción, del autoconvencimiento, diferente a este reclamo interior de la injusticia, pero facilmente controlado y facilmente abandonado.

Es quizás el comandante quien mejor logra transmitir las contradicciones y los quiebres que se producen en su interior, con escazo parlamento logra mostrar el desmoronamiento interior de tener que ser juzgado por sus dos figuras femeninas mas significativas respecto a sus actividades. Se agradece que no caiga en estereotipos de verbalidad y de corporalidad propios de las construcciones nazi-alemanas que el cine realiza, donde esta película nos muestra un comandante que conversa sin gritar, cede a las preciones de su esposa, sufre por la indiferencia y rechazo de su madre, pero a la vez comanda un campo de concentración y exterminio, cumpliendo con su cargo y el salvajismo que este representa y las chimeneas esparcen humo negro, fruto de la muerte y el dolor de miles.

si existe a mi parecer una gran lección escrita con sangre en esta película está dada por la imposibilidad del erro, por las consecuencias de estas equivocaciones. Si bien entendemos que siempre un error o equivocación trae consecuencias tanto para el que lo comete, como para el que lo padece, pero el alcance de estas es muy distinta dependiendo del contexto histórico y socio- cultural donde se produzca. en este caso una típica mentira de un niño pillado en una infracción que en situaciones normales probablemente solo significaría una reprimenda en este caso significa una golpiza a un niño de 8 años que lo deja 3 días sin poder levantarse y aún mas extremo una simple aventura de busqueda acompañada por el perdón y la amistad terminan encontrando la muerte.

Si algo nos enseña o nos muestra esta película en forma sutil en ss imágene, pero brutal en su significado, es en definitiva la negación del ser, como el nosotros mas puro e inocente de la familia y las amistades infantiles son brutalmente ahogadas y negadas por los totalitarismos incluso en sus versiones teñidas por aspectos democráticos. Peor aún es encontralas en el día de hoy en las relaciones de convivencia cotidianas que permiten mujeres asesinadas, niños abusados y golpeados, hombres sin rumbo. La negación del ser en el mundo y la construcción de comunidad, de sociedad, de familia y de relaciones que se da en el nosotros son suprimidas, al no dejar que estas se desarrollen y que no tengamos la posibilidad del error, del cambio de opinión o del pensar distinto. Esta es la gran tragedia que nos muestra el Niño del pijamas a rayas.

Francisco Jaramillo

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